Presentazioni libri di Luigi Giussani

El pasado 11 de octubre, el día en que el Papa Benedicto lanzaba el Año de la Fe, presentamos en Bahía Blanca el libro de Don Giussani Los Orígenes de la Pretensión Cristiana.
Fue una ocasión de encuentro, antes que nada. Encuentro entre nosotros mismos, organizadores del gesto (ya que los meses previos, y especialmente las semanas previas de organización, implicaron un trabajo en común, y para nosotros eso no es descontado); y encuentro también con personas que han dicho "sí": desde los ponentes (la Dra. María Mercedes González Coll y el P. Walter París), hasta los asistentes.
Entre nosotros, el deseo de mostrar a todos la belleza y la potencia del carisma y de la vida que hemos encontrado (que nos ha encontrado) superaba las dificultades, la falta de tiempo y hasta las excusas propias que surgen ante las muchas cosas que se presentaban por hacer. Los frutos de este trabajo previo se veían ya desde el primer encuentro con María Elena, responsable de la Fundación OSDE (quien gentilmente, en nombre de esa organización, nos cedió el Auditorio). Y luego, al finalizar el gesto, el reencuentro con amigos que hacía tiempo no veíamos y el agradecimiento de los asistentes terminaba de confirmar algo que para nosotros ya era una "victoria": el gesto mismo era posible por el contenido de una autoconciencia. Cuando reina la confusión, cuando vemos signos de una gran crisis de fe y de humanidad entre nosotros, sigue brotando la fuerza del encuentro con Su Presencia. Y esto queríamos comunicar.
Asistieron 60 personas. Pero más allá del número, que siempre puede ser mayor y que nunca colma los deseos y las expectativas previas, se trató de personas que dijeron "sí" a una invitación. Compañeros de trabajo, amigos y familiares aceptaron, por alguna razón, esta invitación. Incluso muchos invitados que no fueron también respondieron posibilitando un diálogo al recibir la invitación o al ver el manifiesto que les entregábamos.
Sin duda que para nosotros se trata de un camino. Este gesto despertó una luz que es la que enciende la misión. Alguna vez don Gius dijo, citando a una chica, que la misión es como tener un bebé en el vientre: si el bebé no nace, se corre el riesgo de que muera tanto el bebé como la madre. Para nosotros es igual: si no comunicamos lo que vivimos, corremos el riesgo de perder nuestra vida y la Vida que hemos recibido. Porque en esta realidad que vivimos, se hace claro que la fe se nos ha dado para comunicarla.
Agradecemos por haber tenido la posibilidad de estos encuentros. Agradecemos a don Gius por su presencia, y le pedimos que nos siga sosteniendo en este camino que él nos marcó y que queremos recorrer juntos.